Padre le agradece al equipo de quemaduras por salvar la vida de su hija

Cuando tenía 3 años, Lucy vino a los Hospitales Shriners para Niños de Northern California y su vida estaba en peligro. Los médicos del centro médico Sutter de Sacramento la diagnosticaron con el síndrome de Stevens-Johnson (SJS), un trastorno poco frecuente de la piel y las membranas mucosas que causa síntomas similares a los de las quemaduras, entre ellos, dolorosos sarpullidos que se propagan y se ampollan. En el caso de Lucy, las ampollas eran graves en la boca, la nariz y los ojos, lo que ponía en riesgo su visión. Rápidamente, la afección de Lucy se convirtió en una emergencia de amenaza para su vida, ya que la reacción comenzó a atacar sus pulmones. Cuando fue transferida al Hospital Shriners de Northern California, David Greenhalgh, M.D., jefe de la unidad de quemados, y su equipo le salvaron la vida.

“Gracias a Dios, el médico en Sutter supo que había que derivarla al Dr. Greenhalgh del Hospital Shriners", manifestó Neal, el padre de Lucy. “En ese momento, me habían enviado al sudeste asiático. Cuando llegué, una enfermera hizo referencia a un libro que él había escrito sobre el síndrome y, cuando lo conocí, su profesionalismo y su calma fueron muy reconfortantes. Sabía que estaba en buenas manos”.

Desde que ingresaron al hospital, Neal y su esposa, Kristin, supieron que su hija estaba en el lugar indicado. Al haber publicado varios estudios de investigación en publicaciones académicas sobre el tratamiento para el trastorno poco frecuente llamado SJS, el Dr. Greenhalgh estableció un plan de atención integral. Los enfermeros de la unidad de cuidados intensivos estuvo siempre al lado de su cama, trenzándole el cabello entre cada cambio de vendas y participando de conversaciones significativas con sus padres, que estaba emocionalmente exhaustos. Los fisioterapeutas se prepararon y concentraron para lograr una recuperación completa después de cada procedimiento. El modelo de atención de quemaduras multidisciplinaria salvó la vida de Lucy y le dio tranquilidad a sus padres.

“Si hablamos de la atención que recibió en términos de ajedrez, cuando estaba asustado y solo me animaba a mover un peón, Shriners estuvo listo para decirle jaque mate al síndrome y darle a Lucy una recuperación completa”, explicó Neal.

Lucy pasó 28 días en la unidad de quemados y tuvo la salud suficiente para ir a su casa para las fiestas. El equipo de quemaduras de los Hospitales Shriners para Niños de Northern California le brindó la atención que necesitaba para salvarle la vida y la visión.

“No solo Lucy está viva hoy por los Hospitales Shriners para Niños, también ve gracias a ellos”, dijo Neal.

Actualmente, Lucy es un niña feliz y saludable de 6 años que le encanta corretear con sus cuatro hermanos, nadar y dar volteretas en las clases de gimnasia. Nunca se rehúsa de hacer lucha libre con su padre y sus hermanos mayores. No hay pelea que no pueda ganar.

“Por un lado, fue la experiencia más horrible que he vivido. Por otro, pude ver la mejor parte de la humanidad”, dijo Neal. “Su trabajo es salvar las vidas de niños que otros consideran que no se pueden salvar, las causas perdidas”.

Los Hospitales Shriners para Niños de thern California continúan siendo líderes en la atención de quemaduras pediátricas en la costa oeste y en todo el mundo. Lucy es prueba viviente de ello.

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