Hermosas diferencias
Sus ocho dedos en los pies y su pierna izquierda más corta no pudieron frenar a Brody.
La distancia entre Omaha y St. Louis es grande, pero un especialista cerca de casa les había dicho a los padres de Brody que amputarle la pierna era probablemente la única opción. Eso no les sonó bien. Entonces, vinieron al Show Me State para encontrarse con Eric Gordon, M.D., en el Centro Pediátrico Avanzado de Reconstrucción y Alargamiento de Extremidades en el Hospital Shriners para Niños St. Louis.
“La primera vez que entramos a Shriners, sentimos que estábamos en familia y que pertenecíamos allí”, explicó la madre de Brody, Megan.
Brody nació con hemimelia fibular, una afección en la que un niño nace sin una fíbula o con una más corta de lo habitual. Para Brody, esa afección también trajo otras diferencias a su pierna y lo dejó con solo tres dedos de ese lado. Cuando tenía 9 años, había una diferencia de 2 pulgadas y media entre la pierna derecha y la izquierda. Era el momento de la cirugía. Se colocó un fijador externo en su pierna izquierda seguido de una estadía de dos meses y medio en St. Louis para asegurar su éxito.
Hasta la fecha, Brody se ha sometido a cuatro cirugías en el Hospital Shriners para Niños St. Louis. Gracias a un procedimiento que ralentizó el crecimiento de su pierna derecha, es probable que Brody no necesite más cirugía. Si todo va según lo planeado, su pierna izquierda alcanzará a su derecha para compensar la pequeña diferencia restante.
La primera vez que entramos a Shriners, sentimos que estábamos en familia y que pertenecíamos allí.
Esta es una noticia fantástica para un niño que ama el baloncesto y los zapatos. Los pies de Brody son de tamaños diferentes. Por lo tanto, encontrar un par de zapatos que le queden bien, sin quedarse en bancarrota, es difícil. Además de eso, durante años, Brody tenía que enviar sus zapatos nuevos directamente al equipo de prótesis/órtesis (POP, por sus siglas en inglés) del Shriners Children's para que le arreglen la altura. Gracias al alargamiento, ya no necesita elevaciones para el zapato. En cambio, usa una elevación de talón que cabe dentro de su zapato. Nadie, excepto Brody, sabe que está allí.
“Estoy agradecido con el Hospital Shriners para Niños St. Louis porque no tendría mi pierna en este momento si no fuera por ellos. Y son súper comprensivos y amables. Son como una segunda familia para mí. Cuidan a tantos niños. Es asombroso todo lo que hacen”, reflexionó Brody.
A Brody le encanta leer, comer una buena hamburguesa y espera con ansias el octavo grado en la Escuela Secundaria Anderson. Desde hace varios años, Brody también se ha desempeñado como embajador de pacientes del hospital de St. Louis.