¡Corre, Nelly! ¡Corre!
Hasta la fecha, Nellie, una expaciente con pie zambo, ha completado diez maratones.
Como la mayoría de los deportistas, la corredora de fondo ha tenido que superar adversidades en sus 40 años. Sin embargo, a diferencia de la mayoría de los atletas, el primer desafío de Nellie llegó el día en que nació.
“El diagnóstico [de pie zambo] fue inmediato”, comentó la madre de Nellie, Jane. “Los pies de Nellie estaban tan deformes al nacer que era obvio que tenía un problema grave. Recibió su primer juego de yesos solo dos semanas después del nacimiento y se cambiaron cada dos semanas a medida que crecía”.
Nellie usó aparatos ortopédicos durante más de un año antes de hacer la transición a calzado alto y, finalmente, zapatos Oxford regulares con ortesis correctivas diseñadas específicamente para sus pies. No importa en qué fase del tratamiento se encontraba su hija, Jane dijo que Nellie nunca se detuvo.
“No creo que alguna vez hayamos visto los pies de Nellie como una desventaja”, dijo. “Ella siempre estuvo al mismo nivel que sus primos. Seguimos viviendo nuestras vidas como siempre”.
Esta perseverancia se convirtió en una parte fundamental de Nellie a lo largo de su vida: una determinación de continuar fijando y logrando metas sin importar su condición física.
“Nellie siempre ha sido una corredora”, confirmó Jane. “La recuerdo claramente cuando era una niña pequeña corriendo a toda velocidad de un lado a otro por el patio mientras yo colgaba la ropa. Creo que sintió libertad al estar sin dispositivos ortopédicos y calzado alto, y correr era su forma de expresarlo, pero en ese momento imagino que correr una maratón probablemente era lo último en lo que pensaba”.
Los pies de Nellie estaban tan deformes al nacer que era obvio que tenía un problema grave.
Los médicos comenzaron a tratar los pies de Nellie casi inmediatamente después de su nacimiento en julio de 1982. Con tan solo dos semanas de edad, le enyesaron la parte inferior de las piernas y los pies.
“No recuerdo si los médicos locales nos hablaron de Shriners, pero mi padre era muy activo en Caballeros de Colón”, comentó Jane. “Clyde, el padre de Nellie, y su padre pertenecían al Moose Club, por lo que estábamos muy familiarizados con las organizaciones fraternales y su filantropía. Clyde trabajó con un caballero que era muy activo en Shriners, que patrocinó a Nellie y nos puso en contacto con el hospital de St. Louis”.
Para la Navidad del mismo año, antes de que cumpliera los seis meses de edad, Nellie fue programada para una cirugía en el Hospital Shriners para Niños St. Louis para corregir sus pies.
Nellie y su familia vivían en el sur de Illinois, aproximadamente a 80 millas del hospital de St. Louis, pero la hermana de Jane vivía en el condado de St. Louis.
“Visitamos a unos familiares durante nuestros viajes hacia las citas y pude quedarme en casa de mi hermana cuando Nellie tuvo la cirugía”, dijo Jane.
La cirugía salió bien y Nellie continuó el tratamiento con varios dispositivos ortopédicos y zapatos durante la mayor parte de su infancia.
Estas personas en realidad se preocupan por los niños. Hacen milagros.
“[Luego] cuando estaba en quinto grado, traté de correr a campo traviesa y me dolían mucho los pies y no sabíamos lo que estaba pasando”, explicó Nellie.
Nellie regresó a Shriners, donde se enteró de que tenía una afección llamada fascitis plantar, una inflamación de una banda gruesa de tejido que conecta el hueso del talón con los dedos de los pies. Los médicos implementaron una ortesis de soporte para el arco con el fin de corregir la afección y aliviar el dolor de Nellie.
“Tuvimos que probar varios pares diferentes, pero consiguieron unos que funcionaron para mí, y me los hicieron todos los años hasta que terminé la escuela secundaria”, comentó Nellie.
Después de participar en competencias a campo traviesa de 2,5 millas regularmente a lo largo de su carrera en la escuela secundaria, Nellie dijo que se “cansó” de correr, al menos de manera competitiva. La vida progresó, terminó la universidad, participó en carreras, se mudó a otra parte del país y, finalmente, llegó a la maternidad.
“Después de tener a mi hija en 2009, pensé: ‘Necesito volver a estar en forma’”, comentó Nellie. “Además, quería conectarme con algunos grupos sociales. Así que me uní a Seattle Frontrunners (una organización internacional para corredores y caminantes LGBTQIA+) y comencé a correr con ellos. Hoy en día también corro con otro club en Seattle”.
Nellie corrió su primer maratón en 2012. El otoño pasado, corrió su décima maratón entre más de 50 000 corredores en la ciudad de New York. Esta fue también su primera visita a la ciudad.
“Es una forma increíble de ver una ciudad”, dijo Nellie. “La maratón de la ciudad de New York pasa por los cinco condados”.
Hace cinco años, Nellie corrió la maratón de Chicago.
“Dicen que la maratón de Chicago pasa por 27 vecindarios”, comentó. “La gente sale y te anima. Uno puede ver cierta distinción, como por ejemplo [el barrio] puertorriqueño, el barrio mexicano. Está el barrio gay; ellos tienen drag queens en un escenario. Se puede ver la diferente composición cultural y étnica de esas comunidades. Es asombroso.”
Si bien Nellie no recuerda el tratamiento temprano que recibió para su pie zambo, su madre ha podido reflexionar sobre el camino de su hija, desde que nació con los pies tan deformados que no podían apoyarse en el suelo hasta correr 50 kilómetros en una carrera. Jane dijo que obviamente está orgullosa de los logros de su hija en las maratones.
“Pero creo que estaba más orgullosa después de su primer día de práctica de campo traviesa en la escuela secundaria, cuando la recogí y el entrenador, que tenía equipos muy exitosos, me dijo que la iba convocar para el equipo universitario desde el principio, y ella y sus compañeros de equipo compitieron para el estado a nivel universitario durante los cuatro años de la escuela secundaria”, recordó Jane. “Creo que cuando ella corrió su primera maratón yo ya estaba acostumbrada a su dedicación a correr y, si bien fue muy especial, no fue tan especial para mí como su carrera en la escuela secundaria. Ahora que [ha corrido] su décima maratón, estoy muy orgullosa y realmente asombrada de lo que hace”.
Si bien Nellie y su madre están de acuerdo en que sin importar las probabilidades, la familia habría encontrado una manera de tratar los pies de Nellie, ambas entienden la magnitud del regalo que recibieron en Shriners.
Cuando el padre de Nellie, Clyde, falleció en marzo de 2021, la familia pidió que se hicieran donaciones en su memoria a Shriners Children's.
“Siempre hemos estado muy agradecidos por todo lo que Shriners hizo por Nellie sin costo alguno para nosotros”, anunció Jane. “Shriners siempre tuvo un lugar tan especial en el corazón de Clyde. Por lo tanto, siempre hemos tratado de donar cada vez que hay una recaudación de fondos de Shriners, con la esperanza de hacer todo lo que podamos para retribuirles lo que hicieron por Nellie y para que continúen ayudando a los demás. Por lo tanto, era natural nombrar a Shriners como el beneficiario de las donaciones realizadas en memoria de Clyde”.
Nellie sonrió al recordar a su padre varios meses después de su fallecimiento.
“Siempre le gustó ver a los Shriners, como en los desfiles y demás”, recordó. “Los tipos con los sombreros divertidos que ves en los autos pequeños”.
Jane recomendó a cualquier persona que necesite los tratamientos especializados que se ofrecen en Shriners a aprovechar la oportunidad.
“Es un lugar espectacular. Cuenta con increíbles personas. Estas personas en realidad se preocupan por los niños”, dijo Jane. “Hacen milagros”.