Ser Shriner es una forma de vida para un Noble y su familia

Charlie Murphy cree que “ser un Shriner es más que un compromiso de por vida, es un modo de vida.” Él lo sabe muy bien ya que vive así todos los días al ser un miembro activo en su centro Shrine local y apoyar al Hospital Shriners para Niños Erie.

Charlie siguió los pasos de su suegro, Donald Harrington, y se unió a Zenobia Shriners en 1995. “Admiraba mucho a mi suegro y quería ser un miembro activo y llevar a cabo esfuerzos que valieran la pena, tal como él hacía”, comentó. Si bien Harrington falleció en 2021, su pasión por Shriners International y Shriners Children's se mantiene viva gracias a otros miembros de su familia a quienes inspiró. De hecho, uno de los momentos de mayor orgullo de Charlie como Shriner fue en 2010 cuando su propio hijo, Price, continuó el legado familiar al convertirse también en Shriner. “Tuve el honor de poder participar en su iniciación. Fue conmovedor y gratificante”.

Como vicepresidente de la Junta de Gobierno del Hospital Shriners para Niños Erie, Charlie está muy involucrado con el centro médico y siempre está disponible para ayudar en todo lo posible. Él cree que la misión única de su sistema de atención médica es lo que lo hace tan especial. “La capacidad de brindar atención médica de la más alta calidad, independientemente de la capacidad de pago de las familias, permite que el personal se concentre en el niño en su totalidad y en la atención que necesita”, explicó.

Lo que hace que la atención médica sea tan extraordinaria es la capacidad de ir más allá del simple tratamiento de una dolencia y pasar al siguiente paciente. “El impacto emocional a largo plazo que experimentan nuestros hijos puede ser abrumador y nosotros también podemos concentrarnos en eso”, agregó. “Podemos crear un impacto positivo en todo el niño, para toda la vida”.

A los ojos de Charlie, no solo esta misión especial ha permitido a Shriners Children's perseverar durante más de 100 años, sino también la pasión. “Es el resultado de la pasión de nuestro personal excepcional, los miembros de nuestra fraternidad y, lo que es más importante, la pasión de nuestros pacientes”, explicó. La pasión y la perspectiva positiva que muestran nuestros pacientes ayudan a fortalecer la misión a los ojos de los demás y, lo que es más importante, proporciona una base para los niños que les sirve durante toda su vida.

Mientras Shriners International celebra 150 años, Charlie reflexiona sobre el aniversario histórico de la fraternidad. “La verdadera celebración es sobre los miembros y su orgullo por nuestra institución durante un siglo y medio”, comentó. El hecho de que crearon una organización tan significativa y relevante, que ha sido celebrada y que sus principios han transmitidos cuidadosamente de generación en generación es impresionante. “Si no fuera tan impactante en nuestras comunidades y en nosotros mismos, solo conoceríamos nuestra fraternidad a través de libros de historia. El hecho de que haya abarcado muchas generaciones de hombres solidarios y centrados en la comunidad habla por sí solo”.

Charlie es un ejemplo notable de pasión. Su dedicación inquebrantable para ayudar a los niños a superar obstáculos significativos en sus vidas es evidente. Esta es una de las cosas que más le gustan de ser un Shriner, pero hay mucho más. Charlie explicó: “¿Dónde más pueden reunirse personas con ideas afines de todos los ámbitos de la vida y trabajar juntas para lograr el éxito de una causa común? ¿Dónde más puede uno ver a un hombre de 21 años y otro de 80 sentados uno al lado del otro y formando amistades para toda la vida? ¿Dónde más puede uno estar seguro de que, independientemente del lugar del mundo al que viaje, encontrará otro miembro en el que pueda confiar plenamente? Me encanta ser Shriner por todo lo que hacemos para ayudar a nuestros hijos, pero también me encanta ser francmasón por todo lo que hacemos para ayudar a nuestras comunidades, a nuestros amigos y a nosotros mismos”.