Una paciente recupera su elasticidad después de una cirugía de la columna vertebral

Como era una gimnasta activa, un día Madeline se realizó un examen físico de rutina y el examinador descubrió una curva notable en su columna vertebral y que los hombros y las caderas no estaban parejos. Antes de este descubrimiento, Madeline no había experimentado ningún signo ni síntoma evidente de escoliosis, aunque sí recuerda haber tenido dificultades para rodar en línea recta cuando hacía un salto mortal sobre la barra fija de gimnasia. Al enterarse de la curva, su familia recurrió al Hospital Shriners de Portland para que le brindaran tratamiento para la escoliosis.

Jennifer, la mamá de Madeline, estaba familiarizada con la escoliosis porque a su madre le habían diagnosticado esta enfermedad cuando era adolescente. Esta familiaridad hizo que Jennifer se preocupara especialmente cuando a su hija le diagnosticaron la enfermedad, porque ella fue testigo del largo e intenso proceso de recuperación que su madre tuvo que atravesar hace 30 años.

“Al recordar lo que tuvo que atravesar mi mamá cuando la operaron, sentí mucho temor por mi hija”, cuenta Jennifer. “Realmente tuve mucho miedo de que no pudiera retomar todas sus actividades, ¡pero esto fue totalmente diferente! Me sorprende los avances que se han logrado en la cirugía de la columna vertebral desde la década de 1980. Ella [Madeline] está tan activa y fuerte como antes”.

Madeline fue atendida por Michelle Welborn, M.D., médica ortopedista pediátrica del Hospital Shriners de Portland, quien le realizó una fusión anterior en marzo de 2019. Madeline pasó cuatro días recuperándose en el hospital con su mamá, donde (según ellas cuentan) nunca se aburrieron. Madeline y su mamá pudieron conocer a miembros de la Guardia Nacional que visitaron el hospital durante su estadía. Esto fue particularmente importante para Madeline, quien desea unirse a la Fuerza Aérea como piloto de carga algún día. También durante su estadía en el hospital, Madeline se hizo amiga de otra paciente que tenía más o menos su edad y estaba atravesando exactamente el mismo proceso. En su último día en el hospital, cantaron juntas una canción de Taylor Swift, dirigidas por Keeley, la terapeuta musical.

“No vemos esta experiencia como algo negativo. Esto no significa que Madeline no haya sentido dolor ni haya sido difícil, pero el personal del Hospital Shriners hizo que fuera agradable”, comenta Jennifer. “Tuvimos una experiencia increíble en Shriners, y la Dra. Welborn fue una cirujana fantástica. No me alcanzan las palabras para describirla”.

Luego de un intervalo de ocho meses después de la cirugía, Madeline pudo volver a gimnasia. Ahora está haciendo piruetas como antes de la cirugía, haciendo vuelos frontales y acrobacias durante su práctica de gimnasia, demostrando que nada puede detenerla.