Bomberos fuera de servicio intervienen de inmediato
Guían a una familia a los Hospitales Shriners para Niños de Northern California
Ayden tiene 10 años y una lista larga y variada de intereses. Le encanta tocar la batería, esquiar, jugar golf, competir en natación, béisbol, futbol, básquetbol y muchos otros deportes. También disfruta pasar tiempo al aire libre con sus amigos, un grupo muy unido al que conoce desde que era pequeño. De a poco, Ayden está volviendo a practicar todas las actividades que le gustan, después de un accidente espantoso hace varios meses.
La primavera pasada, Ayden estaba en una comida al aire libre con su familia. El padre de Ayden, Ravin, que es chef, se había ofrecido como voluntario y estaba cocinando para todos en ese gran evento. Ayden se encontraba de pie cerca de su padre y de la estación de cocina cuando una fuerte ráfaga de viento arrastró una carpa desplegable y la hizo chocar contra la estación de cocina. A causa de esto, se derramó agua hirviendo y comida caliente sobre las piernas y los pies de Ayden.
Según la mamá de Ayden, dos detalles muy importantes contribuyeron para que la situación fuera un poco menos trágica para el niño. En primer lugar, esa tarde Ayden tenía puestos pantalones largos y calcetines, que lo protegieron un poco del agua hirviendo. En segundo lugar, unos minutos antes del accidente habían llegado cuatro bomberos fuera de servicio.
Los bomberos entraron en acción de inmediato. Uno desinfectó rápidamente el gran fregadero para que pudieran tratar las quemaduras de Ayden con agua, otro pidió ayuda y los otros buscaron el botiquín de primeros auxilios. El equipo trabajó a toda velocidad para tratar las quemaduras de Ayden con agua y vendajes, según el orden de prioridad. En ese momento, los padres de Ayden se vieron frente a una decisión muy difícil. Podían llevar a Ayden en ambulancia al servicio de urgencias más cercano, en el condado de Yolo, que no es un centro de quemaduras de primer nivel. La segunda opción era llevar a Ayden ellos mismos al servicio de urgencias de UC Davis, más cerca de su casa en Sacramento y, lo que era más importante, cerca de los Hospitales Shriners para Niños de Northern California.
“Los bomberos nos recomendaron llevar a Ayden al Hospital Shriners”, cuenta Ashlee. “Sabían que en Shriners se especializan en atención de quemaduras pediátricas y nos dijeron que teníamos que ir allí”.
Ashlee y Ravin subieron a Ayden al auto familiar y fueron a Sacramento a toda prisa. Llevaron a Ayden al servicio de urgencias de UC Davis, donde los médicos trataron el dolor e iniciaron la transferencia al Hospital Shriners de Northern California. Esa noche, el equipo de atención de quemaduras de los Hospitales Shriners trató las quemaduras de segundo y tercer grado que tenía Ayden en el 65% de la pierna derecha y en el 80% del pie izquierdo.
Según Ashlee, esos primeros días en el hospital fueron sumamente difíciles para Ayden, pero los médicos y enfermeros de los Hospitales Shriners para Niños de Northern California hicieron de todo para que Ayden se sintiera más cómodo. En particular, el personal de enfermería se dio cuenta rápidamente de que Ayden presentaba síntomas de trastorno por estrés postraumático y de que el sonido del agua corriente durante los cambios de vendaje le provocaba mucha ansiedad. Así fue que modificaron los cambios de vendaje para Ayden. En lugar de usar agua corriente para lavarle las quemaduras, prepararon recipientes con agua limpia.
“Todos, desde los médicos, enfermeros y los especialistas en primera infancia, se esforzaron al máximo para que Ayden se sintiera lo más cómodo posible”, afirma Ashlee. “Los enfermeros permitieron que diera su opinión en cuanto a los cambios de vendaje. Los especialistas en desarrollo infantil hicieron juguetes giratorios tipo spinner especiales para distraerlo. El perro del centro, Yogo, visitaba a Ayden cada vez que él lo pedía. Todos esos detalles marcaron una gran diferencia. Y tal vez lo que más nos ayudó fue la constancia del personal. Ayden aprendió a confiar en los enfermeros porque siempre lo atendían las mismas personas”.
Ayden recibió el alta del hospital después de varios días y continuó recibiendo atención de quemaduras como paciente ambulatorio durante varios meses después del accidente. También se sometió a una operación de injerto de piel para tratar sus quemaduras de tercer grado. Según Ashlee, la constancia en el equipo de atención de Ayden continuó incluso después de que Ayden recibiera el alta del hospital. “Incluso cuando iba a la clínica ambulatoria para los cambios de vendaje, siempre era muy reconfortante para él saber que lo atenderían los mismos terapeutas y especialistas en primera infancia, y los mismos enfermeros en cada consulta. Aprendió a confiar en ellos, y lo ayudaron a superar sus temores con respecto al tratamiento”, afirma.
Actualmente, Ayden tiene un pronóstico excelente. Sigue usando los dispositivos ortopédicos a medida para las piernas que le dio el personal del Hospital Shriners para Niños de Northern California a fin de ayudarlo a usar calzado con comodidad. Continúa viendo a su equipo de atención de quemaduras. De a poco, se va reintegrando a sus actividades favoritas y espera volver a esquiar pronto.
Al pensar en la lesión de Ayden, Ashlee siente gratitud. Está muy agradecida al ver que su hijo se recupera muy bien, tanto física como emocionalmente. Y también está agradecida por tantas cosas que salieron bien ese día, los bomberos fuera de servicio, el clima más fresco que hizo que Ayden usara pantalones largos, y la recomendación de los bomberos para que lo llevaran a los Hospitales Shriners para Niños de Northern California.
“Fue una lesión muy difícil”, recordó Ashlee. “Pero tuvimos mucha suerte de que muchas otras cosas salieran bien ese día, incluidos esos cuatro maravillosos bomberos… que nos recomendaron ir a Shriners”.
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