Competiré en las Olimpiadas

Paulina y el Sueño por el que Sigue Luchando

Paulina es paciente activa del Hospital Shriners, tiene 10 años y una pasión por la gimnasia desde que era muy pequeña.

Marielva, mamá de Paulina, nos comenta que el embarazo de Pau fue complicado y debió permanecer en reposo absoluto. Al nacer le indicaron que posiblemente la bebé tenía displasia de cadera. Desde entonces, inició a tratar el padecimiento de Paulina llevándola con un médico particular, donde le colocaron un arnés, pero esto no convencía del todo a Marielva quien comenta que no se sentía tranquila con esta indicación para su hija. Tras una recomendación de un familiar, es como Marielva se entera del Hospital Shriners y, tras una investigación, decidió traer a su pequeña a una evaluación médica. 

El día de su consulta en el Hospital Shriners, el ortopedista le comentó que el arnés que anteriormente le habían colocado no le serviría de mucho, pues lo único que lograba era obstaculizar el movimiento de la niña. Posterior le comentaron que le colocaría un arnés de Pavlik. “La cadera de Pau fue una cadera muy difícil. En las tres semanas que duró con el arnés, no se lo podía quitar para nada. Después me la programan para hacerle una reducción cerrada. Posteriormente se le realizó una tomografía y salió que su cadera estaba luxada, no solo displásica. Tras este diagnóstico programan a Paulina para cirugía”, comenta Marielva.

Después de un año de la cirugía se le comentó que todo había salido bien, pese a la dificultad de la cirugía, la cadera de Paulina iba en mejoría. “Si yo no hubiera ido al hospital Shriners y encontrado otra opinión mi hija no hubiera mejorado. Estamos muy agradecidos con el Hospital”, comenta.

Paulina inicia en la gimnasia “Yo quiero ir a las olimpiadas”.

Desde los cuatro años y medio a Paulina empezó a gustarle la gimnasia. “Debido a su operación yo pregunté a los terapeutas qué deporte le recomendaban, ya que la cadera siempre necesitaba estar ejercitada, entonces le recomiendan natación. Al principio a ella no le gustaba, entonces yo le comentaba que necesitaba hacer un ejercicio para que su cadera estuviera bien” comenta Marielva, sin embargo, Paulina se inclinó totalmente por la gimnasia. Tanto fue su insistencia que la familia de Pau decidió buscar una escuela de gimnasia. “Yo quiero ir a las olimpiadas mamá”, era el mensaje de Pau para su mamá.

Fue así que Paulina inicia a entrenar en el Deportivo Moctezuma, y desde que lo vio no le quedó la menor duda que eso era lo que ella quería. A veces a Pau le duele su cadera debido al alto impacto que le genera este deporte. Ella entrena lunes, miércoles y viernes de 3 horas a 4 horas, pues desea llegar a las competencias olímpicas, ese es su sueño más grande.

Después del entrenamiento Paulina estaba lista para presentarse en su primera competencia, pero justo una noche anterior, comenzó a quejarse del dolor corporal producto del arduo entrenamiento, entonces Marielva decide que, si Paulina no se despertaba sola para la competencia del siguiente día, ella no lo haría pues consideraba que podía ser un deporte riesgoso para Pau, sin embargo, Paulina se despertó y se presentó a la competencia y ¡le fue muy bien! Quedó en segundo lugar. Ella alcanzó el puntaje en los diferentes tipos de presentaciones, piso, salto, barras asimétricas y viga, donde obtuvo una  buena puntuación y fue promovida para obtener una beca por parte de la Alcaldía.

Actualmente Paulina sigue entrenando, sus papás compraron una viga de colchón para que siguiera entrenando durante la pandemia. Para su mamá el temor de que la cadera de Paulina se fuera a lesionar persiste sobre todo en los ejercicios más complicados “Cuando hace el Split yo veo como su cadera izquierda no funciona igual, sin embargo, no sé cómo lo hace, pero el día de la competencia alcanza el puntaje”, comenta Marielva.

Paulina se quiere seguir dedicando este deporte. Ella decidió dejar el ballet para quedarse en la gimnasta. Ella no deja decir que ella llegará a las Olimpiadas.

El Mensaje

“Nunca duden de la capacidad de sus hijos, ellos nos dan las mejores lecciones de vida, son más fuertes que nosotros y nos enseñan muchas cosas.  Paulina me ha demostrado que aún con su luxación ha superado barreras y ha luchado por sus sueños. Debemos estar ahí para lo que ellos necesiten y brindarles todo nuestro apoyo”, concluye Marielva, mamá de Paulina.

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