Thalia: ¡con la libertad para ser quien soy!

De una escoliosis debilitante a la ausencia de limitaciones

Thalia, mientras vivía en Haiti, usaba un aparato ortopédico para tratar la curvatura de su escoliosis, pero no era suficiente. Para cuando cumplió los 13 años, tuvo que dejar de tomar clases de baile y se agotaba con solo jugar con sus amigos.

“Me resultaba cada vez más difícil respirar y hasta se me dificultaba dormir”, contó Thalia. “Sentía que estaba perdiendo mi libertad”.

Fue entonces cuando la familia de Thalia supo que tenían que tomar el asunto en sus propias manos. Viajaron a Estados Unidos para buscar un tratamiento ortopédico más avanzado y se enteraron de los Hospitales Shriners para Niños.

En noviembre de 2019, Thalia y su padre Mesmin probaron suerte y fueron al Hospital Shriners de Springfield sin una cita. El cirujano ortopédico James F. Mooney, III, M.D., jefe de personal, se dio cuenta de su desesperación y la gravedad de la afección de Thalia.

“Tenía un caso muy grave de escoliosis idiopática juvenil”, explicó el Dr. Mooney. “Su curvatura espinal era de 120 grados y, si no se trataba, la malformación continuaría progresando y afectaría su corazón y pulmones”.

El Dr. Mooney recomendó que Thalia se sometiera a una cirugía de fusión espinal, que realinearía y fusionaría sus vértebras curvas. Antes de esta compleja cirugía, era necesario colocar a Thalia en tracción de halo-gravedad para estirar la columna lentamente y maximizar la seguridad del procedimiento quirúrgico. Esto requería una estadía de dos meses en el hospital para que los médicos pudieran verificar su progreso, hacer ajustes en el sistema y brindar terapia física y ocupacional.

“Durante su tiempo en tracción, se hizo evidente que la cirugía requeriría acceso al centro de cuidado intensivo que no estaban disponibles en el hospital de Springfield, por lo que en febrero de 2020, Thalia se sometió a su intervención en el Hospital Shriners de Philadelphia y se recuperó por completo”, explicó el Dr. Mooney. “Continuaremos atendiéndola en Springfield para realizar un seguimiento periódico y monitorear su afección, pero no creo que necesite otra cirugía en el futuro”.

“Sé que no estaría donde estoy hoy sin el Hospital Shriners”, dijo Thalia. “He vuelto a hacer las actividades que amo sin ninguna limitación. ¡El Hospital Shriners me devolvió mi libertad!”.