Una lesión de rodilla termina en una beca para jugar al sóftbol

Gracias a la medicina deportiva de los Hospitales Shriners, Jessica vuelve a competir

Jessica es una deportista talentosa con un futuro prometedor en el sóftbol competitivo. La joven de 17 años firmó recientemente una carta nacional de intenciones para jugar en el siguiente nivel gracias a una beca deportiva de la Ball State University de Indiana. Hoy este honor es aún más significativo porque en 2019 sufrió una lesión de rodilla que le impidió estar en el campo de juego durante casi un año. Jessica recurrió a un equipo de especialistas en medicina deportiva de los Hospitales Shriners para Niños de Chicago para que la ayudaran a volver al deporte con una rodilla suficientemente fuerte para competir nuevamente sin riesgo.

La lesión de rodilla de Jessica

El choque se produjo durante un juego de sóftbol, en marzo de 2019. “Jessica estaba corriendo hacia la primera base cuando la jugadora que estaba allí se resbaló y chocó con Jess mientras ella corría”, contó la mamá de Jessica, Kimberly. “La rodilla le quedó inestable y sentía que se le aflojaba. También le disminuyó la amplitud de movimientos”. Un entrenador de sóftbol que también trabaja en los Hospitales Shriners como fisioterapeuta le recomendó a la familia que consultara a los especialistas en medicina deportiva del centro de atención de Chicago. El programa interdisciplinario comprende la atención de cirujanos ortopédicos pediátricos y fisioterapia realizada en el mismo lugar, complementadas con pruebas en el centro de análisis de movimiento y el laboratorio de evaluación de la marcha, ubicados en el mismo hospital, para definir el regreso a la actividad deportiva. Todos los profesionales dedican sus esfuerzos a lograr que el niño vuelva a jugar en su equipo.

Kimberly programó una cita para que Jessica viera a la cirujana ortopédica pediátrica Kelsey Elaine Davidson, M.D. “Mientras jugaba, Jessica se torció la rodilla y se cayó”, explicó la Dra. Davidson. El examen físico corroboró la inestabilidad de la rodilla. “Una resonancia magnética confirmó que Jess tenía roto el ligamento cruzado anterior (anterior cruciate ligament, ACL), uno de los dos tejidos resistentes con aspecto de cuerdas que mantienen conectados los huesos de la rodilla y estable la articulación. “A veces el niño oye un ruido seco, pero lo más habitual es que enseguida sienta dolor, se le hinche la rodilla y no pueda sostener peso con la pierna después de la lesión”.

Reconstrucción del ACL y terapia física

En los casos de lesión del ACL, la Dra. Davidson suele recomendar un procedimiento quirúrgico, reconstrucción del ACL, a aquellos niños y adolescentes que practican deportes. “El objetivo de hacer una cirugía cuando hay una rotura en el ACL es que la rodilla esté estable para que el paciente retome el grado de actividad que tenía y se eviten nuevas lesiones en la zona”. A Jessica se le realizó una cirugía artroscópica en el día: se tomó tejido del tendón de su propia rótula y se le aplicó un injerto. Después de la cirugía, la terapia física es el paso más importante para que el niño se recupere y no sufra otras lesiones en el futuro. Jessica hizo sesiones individuales de terapia física en el departamento de Servicios de rehabilitación del Hospital Shriners de Chicago, ubicado dentro del mismo centro.

“Cuando los niños tienen lesiones que deben operarse, nuestros terapeutas pueden ir a verlos el mismo día de la cirugía para enseñarles a usar las muletas, mostrarles los primeros ejercicios y ayudar a definir qué equipamiento necesitarán para manejarse con autonomía en su casa”, explicó Nicole Viverito, PT, D.P.T., la fisioterapeuta de Jessica. “Luego los terapeutas trabajan siguiendo los protocolos de los cirujanos ortopédicos en sesiones regulares de fisioterapia para ayudar al niño a progresar y retomar su deporte”.

El programa de terapia física también incluye ejercicios para hacer en el hogar. “Nicole y Jessica conectaron muy bien desde el primer día. Nicole creó un programa que mejoró la fuerza, la potencia y la resistencia de Jessica”, dijo Kimberly. “Trabajó con los entrenadores de Jessica para garantizar que todos comprendieran de qué dependía su recuperación y qué limitaciones tenía”.

“Cuando el deportista está listo, los fisioterapeutas lo ayudan a volver a correr. A veces comienzan con aparatos especializados como la cinta caminadora antigravedad AlterG o en la piscina de terapia con agua climatizada del hospital, y con el tiempo empiezan a hacerlo entrenar con movimientos funcionales específicos de su deporte”, explicó Viverito.

El hospital también ofrece programas de terapia de medicina deportiva grupal que fomentan la competencia amistosa una vez que los jóvenes deportistas han pasado a la fase de entrenamiento específica para deportes de alto rendimiento en su programa de terapia física individual. “Los niños generalmente hacen de 4 a 6 meses de terapia y luego, gradualmente, comienzan a hacer ejercicios para volver a su deporte”, añadió la Dra. Davidson.

Pruebas para el regreso al deporte

Además de terapia física, el Hospital Shriners de Chicago realiza evaluaciones basadas en datos de los niños con lesiones de rodilla. En su centro de análisis de movimiento se hacen pruebas de movimiento y fuerza con la última tecnología. Las pruebas, compuestas por distintas actividades como sentadillas, saltos y pruebas de equilibrio, están a cargo de Angela Caudill, PT, MPT. “Lo que se busca es que los niños no vuelvan al deporte demasiado pronto y corran el riesgo de volver a lesionarse la rodilla”, señaló Caudill. Los resultados se comparten con el médico y el terapeuta del niño. El equipo utiliza los datos para ayudar a determinar si el paciente está listo para volver a jugar sin riesgos.

“Las pruebas para el regreso al deporte que se realizan en los Hospitales Shriners brindan mucha más información que la que podemos obtener en una visita breve en el consultorio. ¿Qué fuerza tiene la pierna si la comparamos con la que no está lesionada? Usamos los datos para evaluar el control que tiene el paciente sobre la pierna lesionada cuando hacemos las pruebas de saltos o giros”, especificó la Dra. Davidson. Caudill también realiza las pruebas de fuerza de Biodex para determinar qué fuerza tienen los músculos de la pierna lesionada en comparación con la otra.

Vea el video de las pruebas realizadas por Jessica para regresar a la actividad deportiva:

Este método basado en datos forma parte de un proyecto nacional de los Hospitales Shriners para proteger mejor a los deportistas jóvenes cuyas articulaciones y huesos aún están en crecimiento. Caudill, Viverito y la Dra. Davidson pertenecen al Shriners Sports Consortium, compuesto por miembros del personal de diez centros de atención de los Hospitales Shriners. El objetivo del grupo es compartir datos y llevar a cabo investigaciones para precisar en qué actividades deberían concentrarse los deportistas más jóvenes durante la recuperación para poder volver a su disciplina de manera segura. “La literatura dice que los deportistas con lesiones en el ACL tienen entre un 5 y un 25 % más de probabilidades de volver a lesionarse o lesionarse del otro lado. Y 25 % es un índice increíblemente alto. Tratamos de ver cómo podríamos disminuir ese número”, dijo la Dra. Davidson.

La familia de Jessica está muy feliz con su evolución. “Ya en nuestro primer encuentro con la Dra. Davidson supimos que este era el lugar donde debía estar nuestra hija. Su carácter tranquilo y su gran capacidad de comunicación nos hicieron sentir cómodos”, aseguró Kimberly. “La Dra. Davidson siempre buscó lo mejor para Jessica y se aseguró de que estuviera bien preparada para volver a jugar”.