Sin embargo, Grayson tenía otros planes. Se quedó donde estaba durante otros tres días. Después de una espera prolongada, Tabitha dio a luz a su bebé. Fue un alivio, por no decir otra cosa.
Poco después de abrazar por primera vez a su recién nacido, Tabitha supo que Grayson necesitaría ayuda adicional. Nació con pie equino varo (PEV). Ese diagnóstico se reconoce más fácilmente como pie zambo. En el caso de Grayson, ambos pies estaban afectados.
El pie zambo es dos veces más común en varones que en mujeres. En la mayoría de los casos, el pie está torcido hacia adentro a la altura del tobillo. El pie zambo afecta uno o ambos pies de un niño.
La familia de Tabitha intervino rápidamente para ayudar y le sugirió que llamara al Hospital Shriners para Niños St. Louis.
“Cuando nos atendieron por primera vez en Shriners Children's, él tenía 2 meses. Estaba un poco nerviosa. No sabía qué hacer. Todas los enfermeros fueron increíbles con él y explicaban paso a paso lo que estaban haciendo con él”, contó.
El plan de tratamiento de Grayson, delineado por Pooya Hosseinzadeh, M.D., comenzó con cuatro rondas de yesos antes de la cirugía, también conocido como el método Ponseti. Ese método utiliza yesos progresivos para corregir el pie equino varo manipulando suavemente los músculos, ligamentos y tejidos blandos alrededor del pie y del tobillo para alinear los huesos en una posición normal en aproximadamente seis a ocho semanas.
“Cuando un niño nace con pie zambo, existe una tensión en los tejidos que mantienen el pie en la posición anormal”, explicó Hosseinzadeh, cirujano del hospital Shriners para Niños St. Louis.
“La mayoría de nuestros pacientes reciben el diagnóstico a través de una ecografía en el útero. El diagnóstico se confirma al nacer. Dicho esto, me gusta comenzar con el enyesado dentro de las primeras cuatro semanas, es cuando la deformidad es más flexible y responde mejor al yeso. Comenzar temprano aumenta las tasas de éxito y reduce la necesidad de una cirugía más extensa”, explicó Hosseinzadeh.
Cuando llegó el momento de la cirugía, Tabitha no tomó la decisión a la ligera.
“Fue difícil tomar la decisión de operarlo. Odiaba la idea porque sé que iba a ser doloroso. Pero, al final, la cirugía lo iba a ayudar. Grayson podría practicar deportes, caminar, todas las cosas que imaginé para mi pequeño”, comentó.
Hosseinzadeh nos explicó que la cirugía de Grayson incluyó cortarle el tendón de Aquiles. Esta es una operación menor. De hecho, más del 90 % de los pacientes con diagnóstico de pie zambo se someterán a este procedimiento después terminar con el proceso de enyesado. El otro 10 % de los casos requieren un procedimiento más extenso.
Después de la cirugía, Grayson pasó más tiempo enyesado y luego pasó al siguiente paso del proceso: los dispositivos ortopédicos, específicamente una herramienta llamada “botas y férulas”. Primero usó sus “botas y barras” durante 23 horas al día. Luego, se redujo a 16 horas al día, después a ocho horas y finalmente solo a la hora de acostarse.
“El pie zambo es una deformidad. Por lo tanto, puede corregirse. Sin embargo, el pie realmente quiere volver a la posición de pie zambo. Es importante mantener el pie en esa posición corregida. Por lo tanto, generalmente mantenemos los dispositivos ortopédicos a tiempo completo durante tres meses y luego, gradualmente, a tiempo parcial hasta aproximadamente los 4 años”, explica Hosseinzadeh.
Logrará todo lo que se proponga, pase lo que pase.
En la actualidad, Grayson es un niño activo de 2 años al que le encantan los dinosaurios y correr. El pie zambo no lo detuvo. En una época, se arrastró con sus yesos, y ahora que en verdad puede estar en movimiento, Grayson hace que su madre corra y sude detrás de él.
“En este punto, puede seguirle el ritmo a sus compañeros. Me hace sentir muy feliz porque la mayoría de la gente pensó que no sería capaz de lograr muchas cosas. Ha demostrado lo contrario. Logrará todo lo que se proponga, pase lo que pase”, afirmó.
Grayson duerme con sus yesos.
Grayson, un amante de los dinosaurios, corre y juega gracias que sus médicos lo enyesaron cuando era un bebé.
Múltiples rondas de enyesado estiraron las piernas y los tobillos de Grayson para prepararlo para la cirugía.
Los dispositivos ortopédicos ayudan al cuerpo de Grayson a no volver a la posición de pie zambo.
