Era agosto de 2020, el primer verano de la pandemia de COVID-19. Buscando formas creativas de pasar más tiempo al aire libre, la familia de Scarlett, de 2 años, planeó un alegre campamento en el patio trasero, con tiendas de campaña y una fogata incluidas.
La familia pasó una velada agradable con amigos bajo las estrellas y todos estaban emocionados de pasar la noche en tiendas de campaña. Los padres de Scarlett, Jenny y Nathan, tuvieron cuidado de apagar la fogata antes de acostarse y se aseguraron de que la manguera de su jardín estuviera a su alcance todo el tiempo que la fogata estuvo encendida.
Los campistas se despertaron con un aire frío y una ligera llovizna a la mañana siguiente, así que entraron a desayunar. Cuando el tiempo se aclaró esa tarde, Jenny volvió a llevar a su hija afuera, donde Scarlett accidentalmente pisó las cenizas de la hoguera apagada. A pesar de que habían pasado horas, las cenizas todavía estaban lo suficientemente calientes como para quemarle los pies.
“Me sorprendió mucho que las cenizas de la hoguera todavía estuvieran tan calientes después de tanto tiempo, especialmente con la lluvia de esa mañana”, dijo Jenny. A Jenny y Nathan les preocupaba que la quemadura de Scarlett fuera grave y querían asegurarse de que recibiera el tratamiento adecuado. La llevaron a un hospital local donde rápidamente la derivaron al Hospital Shriners para Niños Boston para recibir atención especializada para quemaduras.
Scarlett estuvo internada en el Hospital Shriners para Niños Boston durante unas tres semanas y se sometió a varias cirugías en sus pies. Desde entonces, Scarlett ha regresado para cirugías de seguimiento, la más reciente en diciembre de 2021.
Jenny dijo que aprendió del equipo de atención de Scarlett que no hay dos quemaduras iguales y puede ser difícil predecir con qué frecuencia un niño necesitará cirugía. En el caso de Scarlett, es posible que no necesite otra cirugía por otros 10 años. “Nos alivió escuchar esta noticia porque eso significa que Scarlett ya será una adolescente y podrá comprender mejor lo que le está sucediendo antes de la próxima cirugía”, dijo Jenny.
Me sorprendió mucho que las cenizas de la hoguera aún estuvieran tan calientes después de tanto tiempo, especialmente con la lluvia de esa mañana.
Jenny recordó sentirse abrumada en los días posteriores al accidente de Scarlett. "Fue difícil al principio, especialmente cuando supimos que volveríamos al hospital a lo largo de la infancia de Scarlett para recibir atención de seguimiento".
Ahora, explicó Jenny, Scarlett tiene una imagen tan positiva del hospital que siempre quiere saber cuándo puede volver a visitarlo. “Ella nos pregunta cuándo puede ver a sus médicos y enfermeros. Es un tipo de relación completamente diferente que hace que la idea de futuras cirugías sea mucho más aceptable”, compartió Jenny.
Las especialistas en la primera infancia, Hilary y Brooke, fueron particularmente importantes para Scarlett, especialmente durante su estadía como paciente hospitalizada. A través de instrumentos musicales y la terapia recreativa, la ayudaron a calmarse. Jenny encontró una muñeca en silla de ruedas con un pie enyesado, lo que también ayudó a Scarlett a procesar lo que estaba experimentando.
Durante esa estadía inicial, Scarlett se sometía a un cambio de vendaje por día. “Hilary y Brooke se aseguraron de llegar temprano al cambio de vendaje todos los días con grandes sonrisas para distraer a Scarlett del procedimiento, que fue muy difícil para ella. Eso ayudó muchísimo, incluso a mí, porque cada vez que Scarlett empezaba a llorar, yo también lo hacía”, dijo Jenny.
Las enfermeras Diana y Alycia también tuvieron un impacto duradero en Scarlett y su familia. “Diana nos tranquilizaba y consolaba, y sentimos que realmente estaba ahí para nosotros”, dijo Jenny.
La enfermera Alycia pasó mucho tiempo con la familia, explicando cada aspecto de las próximas cirugías de Scarlett. “Al principio, existía la posibilidad de que Scarlett perdiera algunos dedos o incluso un pie. Alycia pasó mucho tiempo con nosotros explicándonos todos los resultados posibles”, recordó Jenny.
Ahora con 4 años, a Scarlett le encanta bailar, disfruta de la gimnasia y asiste al preescolar. Jenny, Nathan, Scarlett y su hermano mayor Daniel participaron recientemente del Paseo embrujado del Hospital Shriners de Boston “Sentimos que somos parte de la comunidad Shriners y queríamos retribuirles. Y, además, ¿quién no quiere celebrar Halloween? Todos nos disfrazamos y vinimos con nuestra familia y amigos. Y fue muy especial ver a parte de nuestro equipo de atención fuera del hospital”, dijo Jenny.
La familia de Scarlett quería compartir su experiencia con la esperanza de que pudiera ayudar a otras familias. “Recuerdo que cuando estaba en el hospital con Scarlett, visitaba el sitio web del Hospital Shriners para Niños Boston y leía los testimonios de los pacientes, porque me hacían sentir que mi familia superaría esto. La historia de cada uno es muy diferente. Algunas de las historias eran sobre adolescentes que reflexionaban sobre una lesión infantil. Algunos incluso eran adultos que recordaban su experiencia, y eso me ayudó mucho porque sentí que todo estaría bien”, dijo Jenny.
Scarlett con su hermano mayor Daniel
Scarlett ama andar en bicicleta.
Scarlett participando en musicoterapia virtual.
Scarlett y su mamá divirtiéndose.
Scarlett y Daniel sonríen de oreja a oreja en Navidad.
