El recorrido de Theresa
Theresa ha transformado su aterradora experiencia en una fuente de inspiración, animando a otras familias a ser conscientes de las quemaduras, especialmente en la cocina.
Su alegría en la cocina se convirtió en una pesadilla cuando aceite hirviendo le salpicó la mano y le hizo dejar caer la sartén. El aceite hirviendo cayó en cascada sobre su brazo y pie, causándole graves quemaduras de tercer y cuarto grado y sumiéndola en un dolor insoportable.
Las quemaduras de tercer grado están entre los más graves lesiones por quemaduras. Destruyen todas las capas de la piel y hasta pueden extenderse más allá hasta los músculos. Este tipo de lesión puede ser engañosamente indolora porque destruye las terminaciones nerviosas. Las quemaduras de cuarto grado son el grado más alto de quemadura. Afectan a todas las capas de la piel y se extienden a los músculos, tendones e incluso huesos.
Cuando el shock comenzó a apoderarse de Theresa, su abuelo la llevó rápidamente al hospital. Posteriormente fue trasladada al Instituto Pediátrico de Quemaduras Neil Reitman en el Hospital Shriners para Niños Northern California, en Sacramento. El Hospital Shriners para Niños Northern California cuenta con el único programa pediátrico de quemaduras de la región con certificación de la Asociación Estadounidense de Quemaduras y el Colegio Estadounidense de Cirujanos. El hospital está equipado para tratar las lesiones por quemaduras de cualquier grado. Desde quemaduras que ponen en riesgo la vida hasta pequeñas escaldaduras en la yema de un dedo, el equipo de cirujanos y cirujanos plásticos del programa de quemados internacionalmente reconocido trabajan junto con cuidadores dedicados para brindar la atención y rehabilitación que necesitan los niños.
El Hospital Shriners para Niños Northern California se convirtió en el hogar lejos del hogar de Theresa mientras se curaba y se recuperaba.
El personal aquí me cuida y me quiere. También conocí a muchos otros niños que se sometían a procedimientos médicos aquí.
Ese día, Theresa obtuvo una perspectiva crucial: A pesar de su pasión por la cocina y su independencia, es fundamental que un adulto supervise a los niños en la cocina en todo momento. “Ojalá hubiera pedido ayuda”, dijo Theresa, reflexionando sobre esa tarde llena de miedo. “Ahora sé la importancia de pedirle a un adulto que maneje la estufa y hierva los alimentos. Espero que otros niños y padres escuchen mi historia y lo piensen dos veces antes de intentar cocinar solos”.
Theresa espera que su mensaje llegue a otras familias de todo el mundo, no solo para crear conciencia sobre la prevención de quemaduras, sino también para arrojar luz sobre el importante trabajo que los médicos y enfermeros de quemaduras del Hospital Shriners para Niños Northern California están realizando para ayudar a pacientes como ella.
“El personal aquí me cuida y me quiere”, dijo Theresa. “También conocí a muchos otros niños que se sometían a procedimientos médicos aquí”.
A pesar de este aterrador incidente, Theresa no ha perdido su pasión por cocinar y preparar comidas deliciosas para su familia. Ahora, Theresa está transformando su aterradora experiencia en una fuente de inspiración, animando a otras familias a ser conscientes de las quemaduras, especialmente en la cocina.
“Si pudiera pedir un deseo, desearía que a nadie le pasara nada malo como esto”, dijo. "Espero que cualquiera que lea esto considere donar solo $1 al hospital porque amo a Shriners Children's y lo bien que me están cuidando".
La cocina es el lugar más común del hogar donde se producen lesiones por quemaduras. Aquí hay algunos consejos de seguridad en la cocina:
Los líderes médicos de Shriners Children's están comprometidos con la prevención de quemaduras y han recopilado datos para informar la toma de decisiones sobre los siguientes temas: