La historia de Bridget: El regreso triunfal de una deportista a los escenarios

Bridget, de 15 años, ha estado bailando casi tanto tiempo como caminando.

Su madre, Erin, la inscribió en clases de baile cuando tenía 2 años y su amor por el baile se hizo evidente de inmediato. Cuando tenía 6 años, audicionó y formó parte del equipo de competencia de baile. Cuando tenía 12 años, Bridget bailaba cinco días a la semana en cuatro equipos competitivos diferentes.

Un día, Bridget estaba perfeccionando un movimiento aéreo frontal (un movimiento acrobático avanzado de voltereta frontal), algo que ya había hecho cientos de veces. Pero esta vez era diferente. “Mientras bajaba por la colchoneta, me resbalé y sentí algo muy mal en mi rodilla”, dijo Bridget. “Sentí el dolor enseguida. No podía sostener nada de peso con la rodilla. Creo que al principio no quería admitir que estaba lesionada, porque nunca había tenido una lesión como esa”.

“En ese momento, todo su mundo se vino abajo”, dijo Erin. “Sabíamos que no podría bailar por un tiempo, y fue una noticia devastadora”.

Después de una visita a la sala de emergencias, el médico de atención primaria de Bridget la derivó al equipo de medicina deportiva en el Hospital Shriners para Niños New England. “Al entrar por la puerta, estábamos muy preocupados de que el médico no entendiera que los bailarines son deportistas”, dijo Erin. "Pero, desde nuestro primer encuentro y durante todo el tratamiento de Bridget, todo el equipo la trató como a una deportista de élite".

“En otras ocasiones no me han considerado una deportista”, dijo Bridget. "Fue un alivio encontrar un equipo que reconoció y respetó mi compromiso con un deporte muy exigente".

El exhaustivo examen de Bridget incluyó una resonancia magnética, la cual confirmó que se había dislocado la rótula pero no había sufrido ninguna otra lesión en la rodilla. El cirujano ortopédico Ahmad F. Bayomy, MD, le diagnosticó inestabilidad patelofemoral. "Entendimos que a Bridget le apasionaba volver a un alto nivel de danza lo antes posible", dijo el Dr. Bayomy. “Después de analizar las alternativas de Bridget y los detalles específicos de su caso, coincidimos en que su situación era ideal para probar sin cirugía”.

A Bridget le colocaron una rodillera ortopédica en el Departamento de Ortopedia y Prótesis y, luego, durante ocho semanas, realizó fisioterapia con la fisioterapeuta Erin Milano, PT, D.P.T., que también tenía formación como bailarina. “Tratamos de que los pacientes trabajen con terapeutas que estén familiarizados con la disciplina que practican. Sabía que la experiencia de Erin con las disciplinas artísticas le permitiría ayudar a Bridget a aprovechar al máximo el tiempo de tratamiento”, agregó el Dr. Bayomy.

Ese otoño, Bridget regresó gradualmente a su deporte y se desempeñó a un alto nivel durante los meses de invierno. Tres meses después de su lesión, tuvo su primera competencia y obtuvo el primer lugar. “En mi mente, era como si la lesión nunca hubiera ocurrido”, comentó.

Sin embargo, la primavera siguiente, el mundo de Bridget se derrumbó una vez más. Sufrió una segunda dislocación de rótula mientras realizaba el mismo movimiento aéreo frontal.

“Después de la primera lesión supimos que era una posibilidad. Que incluso después de la fisioterapia y todo el arduo trabajo que hizo, esta lesión podría ser algo que podría continuar mientras ella hace su presentación”, dijo su madre.

“Estaba devastada y pensé que nunca volvería a bailar”, dijo Bridget.

"Revisamos las opciones de tratamiento nuevamente y ahora observamos que se pensaba que el riesgo de Bridget de sufrir dislocaciones continuas era mucho mayor, junto con impactos significativos en su calidad de vida y su capacidad para bailar", comentó el Dr. Bayomy. “El consenso fue proceder con una cirugía para conservar la placa de crecimiento para estabilizar la rótula”.

Después de una reconstrucción exitosa del ligamento femororrotuliano medial con el Dr. Bayomy, Bridget estaba lista para comenzar la fisioterapia. Una vez más se reunió con la fisioterapeuta Erin Milano. Al comprender los objetivos y el nivel de habilidades de Bridget, Erin volvió a incorporar la danza a un programa personalizado para Bridget y replanteó los ejercicios para adaptarlos a sus necesidades.

“Erin había estado en mi lugar mientras crecía, era bailarina de competición y amaba el deporte tanto como yo”, dijo Bridget. “Durante mis sesiones de fisioterapia, al principio traía mis zapatillas de ballet y trabajaba en pasos simples de ballet. A medida que me hacía más fuerte y me acercaba al final de mi terapia, saltaba, giraba y hacía trucos en el pasillo”.

Seis meses después de su cirugía, Bridget recibió autorización para volver a bailar. Dos meses después, volvió a los escenarios compitiendo y ganando.

“Siempre ha sido mi sueño convertirme en bailarina profesional”, dijo Bridget. “A veces, estas lesiones hicieron que ese sueño pareciera imposible, pero ahora puedo continuar con mi pasión. Estoy muy agradecida con Shriners. Siempre tendrán un lugar especial en mi corazón”.

Su madre está de acuerdo. “Toda esta experiencia no habría sido igual en ningún otro lugar. Bridget fue tratada como una atleta desde el primer día y eso marcó la diferencia en su atención. Trabajaron juntos como un equipo cohesionado para que ella volviera a su máximo nivel de desempeño”, dijo. "No puedo dejar de enfatizar lo importante que fue para nosotros y para su éxito futuro".