Bienvenidos al Club del Pie Zambo: Conozca a Theo y Kendrie

Como madre primeriza, Kendrie aprendió a afrontar muchas cosas nuevas, incluido el diagnóstico de pie zambo de su hijo, Theo.

Los padres primerizos a menudo tienen diversas preocupaciones, por ejemplo, cómo sobrellevar las horas sin dormir o cuál será el pañal adecuado para su bebé.

No suelen esperarse, además, un diagnóstico prenatal inesperado.

El diagnóstico

Cuando Kendrie asistió a su ecografía de las 20 semanas, a Theo se le diagnosticó pie equinovaro, también conocido como pie zambo.

"Una vez que mi obstetra me lo señaló, pude ver claramente que tenía los pies hacia adentro”, recordó Kendrie.

Tener los pies hacia adentro es uno de los principales signos del pie zambo, una afección congénita en la que uno o ambos pies están girados hacia adentro y hacia arriba debido a un acortamiento y tensión que conectan los músculos de las piernas con el pie (tendones). Si bien el diagnóstico puede asustar a los padres, en la mayoría de los casos el tratamiento es muy exitoso y uno o ambos pies pueden reposicionarse a un estado normal.

Pero en ese momento, Kendrie ni siquiera había oído hablar de esa afección.

"No tuve una fuerte reacción a la noticia en el momento porque nunca antes había oído hablar del pie zambo, no sabía qué era", dijo Kendrie.

Su mente empezó a divagar y pensó: "¿Qué implica esto para mi bebé? ¿Es solo una afección física? ¿O hay algún otro problema?"

Aunque el pie zambo es una afección fácil de tratar, una búsqueda rápida en Internet suele mostrar los peores escenarios.

"La mayoría de las imágenes en Internet son de niños que nunca recibieron tratamiento por pie zambo, lo cual es triste pero revelador", dijo Kendrie. "Creo que ver eso me dio más ansiedad por venir y arreglarlo cuanto antes".

El plan de acción

Poco después de nacer, Theo tuvo su primera cita en la clínica del pie zambo en el Hospital Shriners para Niños Salt Lake City. Durante esa consulta inicial, la reciente familia de tres se reunió con el Dr. Joshua N. Speirs, especialista en pie zambo, quien examinó a Theo y le dio a Kendrie lo que ella había estado esperando: un plan de acción.

"Fue la primera vez que tuvimos las cosas claras", dijo Kendrie. "El Dr. Speirs pudo explicarnos claramente cuáles serían los próximos pasos, cómo sería el proceso de enyesado y cómo serían en verdad los próximos cuatro años para nosotros”.

En la mayoría de los casos, los bebés con pie zambo comienzan un proceso de enyesado apenas a la semana o dos semanas de nacer, para mover lentamente sus pies a la posición correcta. Pero Theo era muy pequeño cuando nació y sus piernas eran demasiado delgadas para enyesarlas, así que en lugar de salir de la cita con zapatillas nuevas, a Theo solo le recetaron muchos abrazos.

"El Dr. Speirs vio las piernas de Theo y decidió que sería mejor esperar antes de comenzar el proceso de enyesado". Nos dijo que simplemente le diéramos muchos abrazos a nuestro niño, sin yesos, y que volviéramos en un mes”, dijo Kendrie. “Fue tan agradable escuchar eso. Estábamos muy ansiosos por arreglar todo lo más rápido posible y esto nos hizo darnos cuenta de que iba a estar bien y que podíamos disfrutar este tiempo con él”.

¿Qué significa esto para mi bebé? ¿Es esto sólo físico? ¿O hay algún otro problema?
Kendrie, madre de Theo

Atravesar pie zambo y el posparto

Antes de que se dieran cuenta, habían pasado tres meses y Theo había completado sus seis rondas de enyesado y estaba usando botas y aparatos ortopédicos.

"Honestamente, para nosotros, las primeras semanas en las que Theo usó las botas fueron más duras que la etapa de los yesos", dijo Kendrie. "Le dolía mucho la piel, le molestaba. Pero con el tiempo, la piel se le curó y endureció, y nos volvimos expertos en ponerle las botas mientras lo distraíamos”.

Mientras aprendía el arte de la distracción, Kendrie también estaba aprendiendo a atravesar el posparto, a funcionar con pocas horas de sueño, a cuidar a su bebé y a cuidarse a sí misma.

"No quiero ser negativa en absoluto, pero fue difícil, fue muy intenso. Pero pasó rápido", dijo Kendrie. "En verdad, como era nuestro primer bebé, yo no conocía otra cosa, así que pensamos: 'Esta es nuestra nueva normalidad'".

Para encontrar algo de alivio durante esos primeros meses de maternidad, Kendrie aprovechaba todas las consultas de Theo para organizar un paseo. Podía ser dar un paseo por el parque, ir a ver los cerezos en flor en el Capitolio del Estado de Utah, o mostrarle a Theo el centro de la ciudad, cualquier tipo de salida parecía alegrar aquellos días.

Kendrie también agradece al ambiente y al nivel de atención del Hospital Shriners para Niños Salt Lake City por hacer que la atención de Theo sea una experiencia positiva para toda la familia.

"Nos encanta que aquí no se sienta como un hospital. Es más acogedor, si eso tiene sentido. Hace que todo sea mucho menos estresante", compartió Kendrie. Nuestros médicos y enfermeros también son fantásticos, Theo los adora a todos. "Siempre se los ve contentos y nos tratan como si fuéramos familia, más que pacientes. También han sido muy honestos con nosotros. Nunca nos hemos sentido engañados ni confundidos ni nada por el estilo, lo cual se agradece”.

En retrospectiva

Ahora que Theo solo usa botas por la noche, todo se ha vuelto más fácil para la pequeña familia y Kendrie ha tenido algo de tiempo para reflexionar sobre su experiencia. En general, su principal consejo para otros padres de niños con pie zambo es que recuerden que se puede solucionar.

"Traten de no pensar demasiado, no adelantarse, vayan día a día", sugirió Kendrie. “Por momentos me abrumaba tanto que pensaba: '¿Qué voy a hacer cuando él esté en tal etapa?' y eso. Pero en general no es la gran cosa. Theo se adaptó a todo muy rápido, y esto es lo normal para nosotros. En realidad no es tan grave".

Para todos los padres primerizos la preocupación tiende a ser una compañera constante, y el eterno miedo a lo desconocido es parte de la experiencia. Una complicación imprevista puede añadir una capa más de complejidad, pero en medio del shock inicial, la determinación de los padres junto con un equipo de atención experimentado sirven para hacer frente al desafío.

¿El último consejo de Kendrie? ¡Que tomen muchas fotografías del bebé antes de que comience el proceso de enyesado! Luego van a querer recordar esa etapa de sus vidas.

El progreso del pie zambo de Theo

Gracias a la atención innovadora y el trato humano del Hospital Shriners para Niños Salt Lake City, ¡Theo está prosperando!

Theo de bebé con yesos, sentado en el asiento del coche

Theo, de bebé, parece bastante contento después de uno de sus enyesados.

Theo, paciente con pie zambo, antes y después del tratamiento con botas y barra

El avance de Theo a los pocos meses de su plan de tratamiento.

Theo bebé con botas y una barra

Theo a los 3 meses ¡luciendo sus botas con estilo!

Paciente con pie zambo Theo sin botas ni barra

Theo, de cinco meses, parece muy feliz.

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