La mañana en la que la vida del paciente de 12 años, Parker, cambió para siempre y comenzó como cualquier otra.
Cerró la puerta rápido, subió al auto de su mamá, ayudó a acomodar a su hermanito y, juntos, se dirigieron hacia la escuela mientras hablaban sobre los planes para el día que les esperaba.
Menos de 20 minutos más tarde, los servicios médicos de emergencia sacaban a la familia de un montón de metales rotos.
Esa mañana, la mamá de Parker, Sharonda, sufrió una convulsión y perdió el conocimiento, pero cuando el auto perdió el control, Parker entró en acción.
"Parker estaba sentado atrás, pero cuando se dio cuenta de que algo andaba mal, desabrochó su cinturón y se pasó adelante a tomar el volante", cuenta Sharonda. "Nos salvó la vida".
Sharonda solo se fracturó algunos dedos y el coxis, el bebé resultó ileso, pero Parker fue llevado al hospital con una muñeca y costillas rotas, y el riñón y la vejiga perforados.
A los diecinueve días de su larga estadía de dos meses en el hospital, se le informó a Parker que debían amputarle la pierna ya que el tobillo roto no había permitido que la sangre circulara de manera adecuada. Como es de comprender, estaba devastado.
Los meses siguientes a la amputación, la salud mental de Parker se deterioró rápidamente.
"Desarrolló una depresión y ansiedad profundas", menciona Sharonda, explicando que, quien alguna vez había sido un ávido atleta, estaba convencido de que nunca se sentiría un niño otra vez. Pero iba a intentarlo.
Parker decidió que lucharía por la vida que amaba. Unos meses después, se encontró en el Hospital Shriners para Niños Greenville, donde un equipo de Servicios ortopédicos y protésicos pediátricos (POPS) fabrica miles de dispositivos de asistencia personalizados cada año.
Con la ayuda del renombrado médico David Westberry, M.D., un equipo de fisioterapeutas y técnicos ortopédicos altamente calificados comenzó a trabajar para garantizar que Parker se recuperara por completo. Se le colocaría una prótesis diseñada para un apoyo cómodo y, por supuesto, mucha actividad.
«En estos días, Parker está más fuerte que nunca», declaró Sharonda. Anda en bicicleta y en cuatriciclo con sus amigos. Juega al básquetbol en el equipo de la escuela secundaria. Persevera con una actitud positiva. De hecho, dijo Sharonda: «El equipo de Shriners Children’s ayudó a romper las cadenas de Parker y ahora no tiene límites. Le devolvió su personalidad». Y no lo da por sentado.
Parker tiene un gran sentimiento de compasión por aquellos que tienen problemas, por lo que nunca se aleja de un amigo que lo necesita. «Parker utiliza su historia para reconfortar a los demás», explicó Sharonda. Reconoce y se relaciona con el dolor físico y emocional. Sabe lo que es sufrir y está dispuesto a hacer saber a los demás que no están solos.
Además de brindar una atención personalizada a los niños para ayudarlos a correr, caminar y jugar de nuevo, Shriners Children’s es un compañero compasivo en el que sus familias pueden confiar y se enorgullece de brindar sus servicios y empoderar a los niños todos los días. Shriners Children’s es más que un sistema de atención médica de primera clase internacional: es una fuente de esperanza y curación cuando todo lo demás parece estar perdido.